miércoles, 21 de septiembre de 2016

Verano.

.... ese verano largo y cálido.

Este verano nuestro, andaluz de tierra adentro,
de terrones secos que se abren en polvo, de mil fisuras,
que ni millones de olivas pueden sus hojas de parasol
parar la hosquedad de un sol que no dá tregua
ni arnica en sus horas de permanencia,
casi todas las del dia,
y que para no olvidarnos de su fulgor rabioso
nos deja su calor intenso que desplaza la leve estancia
de una noche a la que no deja, impide, que le baje sus humos.
La famélica brisa que se atreve acariciar
las ramas de nuestros árboles
pronto se torna tórrida, exasperante, irritante,
sofocante, anunciadora de su origen de otras arenas angostas.
No quiere salir la luna, no quiere. No puede.
Nadie la va a contemplar, nadie va a destrozar
su mágico momento, dejando pasar turno
para otra ocasión que se avenga placentera.
Dejámosla que luche por darnos unas horas de alivio
mándando a su tropa de estrellas a suerte fenecida.

Verano, ese cálido y largo verano,
de chiquillería animador,
que abrupto te vuelves
cuando las canas te sudan.